sábado, 1 de marzo de 2014

Entrenamientos de domingo en domingo y una reflexión


Ya lo he dicho en más de una ocasión, el aficionado al perro de muestra en general, el apasionado de los field trials, el cazador que no concibe el arte venatorio sino es en compañía de su fiel perro, el que caza sólo pensando en la buena faena que pueda hacerle a su perro más que en el número de piezas que pueda dar muerte, son el sustento del perro de muestra. Son todos ellos quienes realizan los esfuerzos, de orden económico y en tiempo de dedicación, los que mantienen una cabaña de perros saludable.
En el lado opuesto está el cazador (de perdiz, me refiero) que concibe al perro como un mero acompañante que debe limitarse a cobrar bien las perdices de ala y que no moleste mucho, vamos que vaya debajo de los cañones de la escopeta, no sea que espante la poquita caza que hay.
Son principalmente a estos cazadores que desconocen cuál es el trabajo que debe desarrollar el perro de muestra y cómo debe llevarlo a efecto, según su raza, a quienes desde los distintos estamentos cinégeticos y cinófilos deben dirigirse la mirada si verdaderamente se quiere fomentar las razas de perros y su correcta utilización. Aquí los Clubes, en su cometido de agrupar a los aficionados a la raza dentro de una organización deben tratar de aglutinar las diferentes sensibilidades que pueda existir en cuanto al cómo y el dónde ha de dirigirse los designios de la raza, sin olvidar su labor de fomento no solo entre sus socios, que se da por sabido, sino entre el resto de aficionados a la raza o ante aquellos que puedan serlo.
Para ello, con todas las dificultades que siempre entraña estas cosas, quizás sea el momento de recuperar ese espíritu y ánimo que recuerdo había hace veinte años donde a cualquier evento para celebrar un San Huberto o una prueba de Caza Practica concurrían en masa el colectivo de cazadores y aficionados al perro de muestra. Aquí somos los aficionados quienes debemos dar un paso adelante y dar la espalda a una incipiente incapacidad para organizarse en simples clubs de aficionados, salvo honrosas excepciones, claro está o, simplemente, para organizar eventos sociales que traten de atraer a nuevos aficionados.

Tiempo perdido quien se dedique a tal menester, pensarán algunos. Pretencioso o cándido, dirán otros. Sin embargo, con modestia y reconociendo las evidentes carencias de quien escribe estas líneas, en este blog dedico algunas de sus Entradas como la presente a una raza tan especial para mí como es el POINTER, siempre con las miras puestas en el cazador que no lo conoce, aunque esencialmente sea por medio de escenas (fotografías y vídeos) de mis perros con caza real y salvaje.

No sé, -es una manera de decirlo,- hasta qué punto el espíritu competitivo que entraña las competiciones, mal entendido dicho sea de paso, donde los intereses personales terminan solapando el fin último que es primar al mejor perro sea este el del más reputado profesional o del más humilde de los aficionados, el culpable de la falta de camaradería, compañerismo, malas formas y sea, en definitiva, la causante de las mil y una rencillas. Esa filosofía de "mi perro es el mejor, le pese a quien le pese y pasaré por encima de quien diga lo contrario", es deplorable.
Hay que mirarse menos el ombligo y pensar en el interés general.
A nadie en particular dirijo estas lineas, es sólo una reflexión que dirijo a todos en general.


Salud!!
 
Cóndor



Athos


Guiando


Diva






Diva en  muestra y Cóndor consiente



Cóndor respetando la carrera de una liebre



Diva en muestra y la cachorra a patrón



Diva puesta con una perdiz

Cóndor en una bonita muestra a perdices

Una gran encina que no aguantó la tormenta de viento

Athos percibiendo la emanación y fijando el origen






A Athos, también le gusta el pelo

Ahora con liebre

Diva. si ampliáis la imagen se ve la perdiz salir por delante

Cóndor, respetando el vuelo. Aunque nunca fue entrenado para ello ha demostrado tener facilidad para entender que no debe perseguir.

Diva


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